S
iempre que ejecutamos una acción y siempre que desarrollamos un pensamiento, una impresión aparece, una especie de huella sutil que se labra en la mente.
Estas impresiones o marcas se conocen como samskaras.
A veces somos conscientes del proceso de impresión y a veces no.
Cuando las acciones son repetidas las marcas se hacen más profundas.
La combinación de dichas huellas o samskaras forman nuestro carácter e influyen en nuestros pensamientos y acciones subsecuentes.
Si, por ejemplo, somos propensos a enojarnos fácilmente, creamos una mente rabiosa que estará predispuesta a reaccionar con ira más que con paciencia y comprensión.
Así como el agua que una vez canalizada aumenta su presión, de igual modo las huellas en la mente crean un patrón de comportamiento el cual es extraordinariamente difícil de resistir.
Cambiar un hábito mental establecido es literalmente una batalla complicada.
Si nuestros pensamientos son predominantemente de amor, bondad y compasión, nuestro carácter lo refleja y estos mismos pensamientos regresarán a nosotros tarde o temprano.
Si emitimos pensamientos de odio, ira, o mezquindad, esos pensamientos también nos volverán contra muestra.
Nuestros pensamientos y acciones no son flechas sino boomerangs que eventualmente retornan a quien los emitió.
Los efectos del karma pueden volver instantáneamente, años después, o en una vida futura.
Lo que es absolutamente cierto es que los efectos nos llegarán en un momento u otro.
Hasta tanto no alcancemos la liberación, viviremos y moriremos entre el cautiverio de la ley de karma, la cadena de causa y efecto.
Cuando muere una persona lo único que muere es el cuerpo físico.
La mente que contiene las impresiones de esta persona continúa después de la muerte del cuerpo.
Cuando la persona vuelve a encarnar, el nacimiento es de un nuevo cuerpo físico acompañado por las viejas impresiones o huellas de las vidas pasadas.
Cuando el medio ambiente es apropiado estas samskaras brotan (como semillas) y surgen de nuevo.
Este proceso no es eterno
Cuando alcanzamos la realización de lo divino o la auto realización, la ley de karma es trascendida
El yo renuncia a su identificación con el cuerpo físico y la mente y recobra su libertad, perfección y dicha absoluta.
Poema:
Océano de furia, solo muere lo que ha nacido, si veo el mundo como mundo, bajo la rosa y las espinas cambio el ángulo de la ilusión, si me asomo al brillo de los caracoles,
con ruidos de sellos y postales, entonces sólo brillará la realidad reduciendo a cenizas las escamas, si solo con un mirar profundo, busco el rincón del cielo claro, para guarecerme de la lluvia pintando pabellones que alzo en vilo,
si junto a la aurora desaparezco y bajo violentas olas de luces, con barcos de papel y tinta me asomo al océano de furia, entonces soy igual a ti.
Las cinco de la tarde bebo de tus labios las estrellas, dejando fuera la silueta acuática que acariciaba la muerte del tiempo, son las cinco de la tarde y doy frente a tus ojos, tu sonrisa radiante se abre plena,
dibujándose en las líneas de tus manos, la poesía se esparce haciendo que arda el frío invierno y tus caricias sin nombre tejen con cordón de luz atravesando mi piel, me enredo beso a beso, disfruto del goce y de la intensa agonía, mientras tu sonrisa luminosa me indica el regreso a lo soñado.
style="display:block" data-ad-client="ca-pub-1426395352649733" data-ad-slot="4507815323" data-ad-format="link" data-full-width-responsive="true">Golondrina de papel, dices que te vas y te quedas, amada golondrina, un poema escribo en minutos, para tus labios, ojos y corazón, que como puntos cardinales
me dan locura de día en día, suspiro de atmósfera externa que aplasta el viento sublime y con filamentos de tinta única, restauras con neblina de ternura provocando que mis besos viajen a ti como pensamientos incendiados
Sobre el Autor
R.Malak, (Rodolfo Aravena Fernández). En paralelo con vivir en este mundo, en familia y en sociedad –entregado al servicio público – ha dedicado su vida a desplegar modos que ayuden al aspirante en su búsqueda de la verdad y la libertad de Si mismo. “La felicidad es un hecho que a todos nos pertenece”.
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